Infancia

Su padre, Vissarión Dzhugashvili.

Su madre, Yekaterina Gueladze.
El pequeño Iósif se caracterizaba, físicamente, tanto por su fragilidad como por tener el segundo y tercer dedo del pie izquierdo unidos por una membrana; en lo personal, sentía atracción por las flores (afición que mantendría durante toda su vida) y la música.
El taller del padre tuvo éxito. Sin embargo, una consecuencia del mismo resultaría, a la larga, una desgracia para la familia: varios clientes, sobre todos los obreros, empezaron a pagarle en vino, muy abundante en Georgia. Entre eso y sus amistades, Beso cayó definitivamente en la bebida, y el negocio fue poco a poco arruinándose. Hacia 1883, el padre de Stalin ya se había ganado el sobrenombre de "El loco", por su vida pendenciera. Pronto el negocio quebró, lo que lo obligó a trabajar en una fábrica de zapatos en Tiflis.
Fuerte bebedor y habitualmente lejos de la familia, Vissarión solía golpear a su esposa y a su pequeño hijo. Uno de los amigos de juventud de Stalin, Ioseb Iremashvili escribió en 1932, que "esas palizas inmerecidas y despiadadas hicieron al niño tan duro y falto de corazón como su padre". Percibía que las palizas que el padre de Stalin le daba hicieron crecer en él un gran odio a la autoridad. También decía que cualquier persona que tuviera poder sobre otros hacía recordar a Stalin la crueldad de su padre. Este mismo amigo también escribió que él nunca lo vio llorar.[16]
Primeros años[editar]
La madre de Stalin era lavandera y solía ir a sus trabajos acompañada de su hijo; uno de sus clientes, un judío de Gori llamado David Papismédov, obsequiaba al pequeño Iósif con dinero y libros, y lo estimulaba a progresar en sus lecturas y estudios. Décadas después, Papismédov fue al Kremlin para ver qué había sido del pequeño Iósif. Stalin sorprendió a sus colegas no solo por recibir al anciano, sino también por conversar alegremente con él en lugares públicos.En 1888, el padre de Stalin dejó su pueblo natal para trasladarse a Tiflis, dejando a la familia sin recursos. Los rumores dicen que el padre murió en una pelea de borrachos en un bar; sin embargo, otros dicen que fue visto en Georgia en 1931. A la edad de ocho años, el pequeño Iósif comenzó su educación en la escuela parroquial de Gori.
En la escuela, Iósif era uno más de un muy diverso grupo de estudiantes. Él y muchos de sus compañeros eran georgianos que hablaban fundamentalmente en georgiano. Sin embargo, en la escuela fueron obligados a aprender ruso. Cuando Iósif se expresaba en ruso, sus profesores del idioma se burlaban de él y de sus compañeros debido al fuerte acento georgiano que los niños no lograban erradicar. Sus compañeros eran en su mayoría los hijos de influyentes sacerdotes, funcionarios y comerciantes.
Durante su niñez, Iósif se maravillaba con las historias que leía respecto a los montañeses georgianos que luchaban valientemente por la independencia de Georgia. Su héroe favorito en estas historias era un explorador montañés legendario de nombre Koba, que fue el primer alias que utilizó Stalin como revolucionario.
Se graduó con el primer puesto de su clase y a la edad de 14 años fue premiado con una beca en el seminario de Tiflis, una institución de la Iglesia Ortodoxa (uno de sus compañeros fue Kritor Bedros Agagianián, el futuro cardenal armenio Grégoire-Pierre Agagianián) a la que asistió desde 1894. Aunque su madre deseaba que fuera sacerdote (incluso después de que Stalin se hubiera convertido en el líder de la Unión Soviética), Iósif asistió al seminario no por una vocación religiosa, sino debido a la falta de disponibilidad de una educación universitaria en la zona. Además del pequeño salario que le proporcionaba la beca, Stalin también recibía una remuneración por cantar en el coro.
Desde joven, Iósif demostró una personalidad rígida, fría, calculadora y renuente a demostrar sus emociones. Demostró a lo largo de su vida, carencia casi total de afectos y desapego emocional de quienes se consideraban en su círculo íntimo, aunque en su fuero externo pareciese confiable.[cita requerida]
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